La cultura organizacional es un término común en el mundo de los negocios. Lleva consigo un conjunto de valores, creencias, rituales y normas que adopta cada organización. El concepto de cultura, en general, es amplio y complejo.
Por ejemplo, según Edgar Schein, uno de los más responsables de la difusión y el desarrollo de este concepto, afirma que la cultura organizacional está formada por tres niveles de conocimiento. Son: los supuestos básicos (creencias consideradas adquiridas en relación con la empresa y la naturaleza humana).
Además de los valores (principios, estándares y modelos importantes; y artefactos (resultados notables de la acción de una empresa, que están respaldados por valores). La cultura organizacional se refiere a comportamientos implícitos que contribuyen a la producción de significado. También es responsable de las características exclusivo de cada empresa.
Contribuye a la construcción de la identidad organizacional, que puede coincidir con una imagen positiva. Así, cubriendo a la empresa con prestigio y reconocimiento. Con el dinamismo actual en el que se insertan las organizaciones, los cambios ya no son eventos esporádicos y se han convertido en algo rutinario.
Tales eventos son tan relevantes para un futuro próspero que muchas compañías han estipulado comisiones específicas para encargarse de la gestión del cambio en las organizaciones, con profesionales capacitados en la gestión e implementación de proyectos.
El concepto
Cuando hablamos de cambio organizacional, podemos mencionar a Maria de Fátima Bruno-Faria, es cualquier cambio planeado o no, ocurrido en la organización, debido a factores internos y / o externos a la organización, que tiene algún impacto en los resultados y / o en las relaciones entre personas en el trabajo.
Generalmente, cuando ocurren estas situaciones, hay resistencia y defensa. En este caso, puede haber varias formas de resistencia, como aislarse, boicotear, resistir activamente los principios y posiciones de defensa con rigidez, elegancia y valentía; resistirse pasivamente a la disimulación, no hacer, ni dejar que otros lo hagan. Al menos eso es lo que dicen María José Lara de Bretas Pereira y João Gabriel Marques Fonseca.
El cambio organizacional se entiende como una adaptación a los requisitos del mercado, causada por la influencia del entorno externo o del entorno interno. Puede ser un cambio planificado o no, y siempre buscará la satisfacción del cliente, la superioridad competitiva y la generación de beneficios y la longevidad de la empresa a lo largo del tiempo.
Tipos de cambio organizacional
Son cada vez más comunes en el entorno empresarial. Estos son cambios y actualizaciones constantes en el mercado y sus impactos hicieron que las empresas se adaptaran cada vez más a las nuevas realidades.
Los cambios organizacionales también pueden ocurrir por las razones más diferentes. Desde la expansión o creación de sucursales, hasta la implementación de nuevas estructuras corporativas, pasando por mejoras en el entorno laboral, mayor competitividad.
También pueden ocurrir debido a factores como el envejecimiento y la pérdida de competitividad de un producto, la necesidad de asignar mejores condiciones de trabajo a los empleados, la búsqueda de procesos más eficientes, entre otros. Los cambios pueden clasificarse en incrementales, transformacionales, evolutivos y revolucionarios.
Cambio Organizacional Incremental
El cambio incremental, como su nombre lo indica, está relacionado con agregar, agregar o agregar algo. Es una búsqueda de implantación de mejoras en los procesos existentes, con el fin de atribuir mayor capacidad de crecimiento y éxito a la empresa.
Este es el cambio más recurrente y el más fácil de implementar, ya que es natural y siempre está sucediendo. Otros ejemplos son la inserción de nuevos sistemas, control de tiempo , implementación de nuevas rutinas, nuevos proyectos, entre otras cosas.
Cambio Organizacional Transformacional
El cambio transformacional, a su vez, implica cambios importantes en los procesos de la compañía, siendo reestructurado internamente para cumplir con una nueva estrategia.
Usualmente utilizado ante crisis graves o la necesidad de reposicionarse en el mercado, este tipo de cambio afecta a todas las áreas de la empresa, empleados, líderes, productos y, por lo tanto, puede ser más difícil de asimilar para los empleados.
No tiene como objetivo agregar, simplemente modificar y transformar el entorno, los procesos, la estructura e incluso las personas o profesionales. Al igual que el cambio u organización de profesionales y departamentos donde algunos empleados son despedidos de la empresa, otros son despedidos de la empresa, transferidos de un puesto o puesto e incluso nuevos empleados.
Cambio Organizacional Evolutivo
También hay un cambio que surge de un propósito especial: el cambio evolutivo. El objetivo en cuestión es adaptar la evolución de la empresa a las demandas del mercado, para que su crecimiento no genere problemas, las necesidades de los clientes siempre se satisfagan y la empresa siempre esté por delante de sus competidores. Se implementan gradualmente y facilitan la elección de posibles caminos de acción a seguir por la organización en el futuro.
Es desde un objetivo específico y bien determinado que sucede. Ya sea para resolver un conflicto o dificultad. Ya sea para satisfacer cualquier deficiencia de la empresa o incluso las dificultades del mercado. Tenemos el ejemplo de definir nuevos objetivos y / o metas para el “año nuevo” o la realización de un nuevo proyecto.
Cambio organizacional revolucionario
El cambio más drástico y audaz es el revolucionario. En vista de la necesidad de un cambio profundo en los principios básicos de la empresa, en su gestión, en su rendimiento y en los productos, para que la empresa sobreviva y cumpla su misión, este cambio es esencial.
Las empresas con una larga historia son las que generalmente necesitan emprender este tipo de cambio, garantizando la superación de la mala fase y el beneficio para los inversores. Con la implementación de este cambio, la compañía puede terminar pareciéndose a otra: nuevos empleados, nuevo modelo de gestión, nuevos objetivos e, incluso, nuevos mercados de operación.
Otros ejemplos son el regreso de la compañía al mercado. Al igual que el famoso Parmalat, que se declaró en bancarrota, fue retirado del mercado durante muchos años y volvió a la vida activa con una nueva propuesta, reinsertándose de manera diferente y con una nueva estrategia de mercado.
Las constantes innovaciones tecnológicas, los cambios en los perfiles profesionales y la entrada frecuente de nuevas empresas en el mercado obligan a las empresas a realizar cambios frecuentes. Para garantizar el beneficio de los inversores y perdurar en el tiempo, las organizaciones deben moldearse según sea necesario. Y la maleabilidad de la empresa, así como su capacidad para gestionar e implementar cambios, puede ser un factor diferenciador entre el éxito y el fracaso.
Para ayudar a los tipos más diversos de empresas a adaptarse y mantenerse al día con los cambios constantes que ocurren en el mercado, es posible contar con Corporate Coaching , que presenta conocimientos, técnicas y herramientas, que pueden utilizarse en la planificación estratégica, capaces de ayudar a la organización para comprender qué tipos de cambios necesita implementar para seguir siendo competitivo y activo en su segmento.