En la economía, la austeridad se define mediante políticas fiscales o presupuestarias destinadas a controlar la deuda del sector público. En este contexto, significa “rigor” con las políticas económicas adoptadas.
La austeridad es muy común cuando la economía atraviesa un alto déficit que ya no es sostenible, lo que lleva al gobierno a comenzar a reducir el impacto del gasto en su deuda.
Además, para mantener el gasto, puede ser necesario aumentar los ingresos a través de más impuestos en lugar de aumentar el endeudamiento a pagar intertemporalmente.
Cómo funciona la austeridad
Las políticas de austeridad están diseñadas para controlar la deuda del sector público. Esto generalmente ocurre cuando existe un alto riesgo de incumplimiento por parte del gobierno en el cumplimiento de sus deudas.
Instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) requieren que el país adopte medidas económicas austeras cuando recurren al fondo en busca de refinanciar la deuda pública.
La austeridad surte efecto cuando la diferencia entre ingresos y gastos comienza a reducirse, reduciendo la deuda del país.
Medidas de austeridad
Las medidas de austeridad se pueden realizar de diferentes maneras, dependiendo de las medidas adoptadas.
El primero es a través de la intensa generación de ingresos. Con el aumento de los impuestos, el gobierno promueve una política económica de expansión para volver al crecimiento.
El objetivo es estimular la economía con el gasto público y recaudar más dinero del efectivo del gobierno con los beneficios de esta expansión.
Otro tipo ocurre con el mismo aumento de impuestos, pero con una disminución en el gasto en áreas consideradas no esenciales para el sector público.
La tercera medida de austeridad ocurre con la reducción de impuestos, acompañada de una disminución aún más severa del gasto público.
La disminución de las tarifas cobradas puede estimular a la economía misma a crecer a través del sector privado, aumentando posteriormente la recaudación si ocurre de acuerdo con la curva de Laffer.