Como dice el viejo refrán, hay dos certezas en la vida: la muerte y los impuestos.
Entonces, ¿por qué no combinar los dos y obtener ingresos de la riqueza heredada?
He escrito sobre este tema antes
- ¿Por qué somos reacios a gravar la riqueza?
Pero, me gustaría exponer otro caso de por qué un impuesto de ‘muerte’ cumple con los criterios de un impuesto ‘bueno’
Principios de un buen impuesto
- Eficaz para recaudar ingresos
- No distorsionante (eficiente)
- Percibido como justo: ayudando a promover una mayor igualdad
- Simple y fácil de entender
En primer lugar, un impuesto a la herencia no distorsiona el comportamiento económico. Aumentar el impuesto sobre la renta al 50% puede disuadir a las personas de trabajar en el Reino Unido / horas extraordinarias. Sin embargo, un impuesto a la riqueza no debería afectar los incentivos para trabajar durante su vida. En este sentido, el impuesto es eficiente y no distorsiona.
Un impuesto a la riqueza es una de las mejores formas de redistribuir la desigualdad de la riqueza. La desigualdad de riqueza es mayor que la desigualdad de ingresos. Un informe del Instituto Mundial de Investigaciones sobre Economía del Desarrollo de la Universidad de las Naciones Unidas sugiere que el 2% de la población posee el 50% de la riqueza mundial (BBC). Un impuesto a la herencia es la mejor manera de redistribuir la riqueza y aumentar los ingresos. Es más justo que subir el IVA, que es pagado de forma desproporcionada por personas de bajos ingresos.
Existe una oposición popular al impuesto a la herencia, sin embargo, la mayor parte del impuesto a la herencia lo paga el sector más rico de la sociedad. Es extraño que un impuesto a las ganancias bancarias sea tan popular, pero un impuesto a la herencia tan impopular.
Es fácil criticar los impuestos, pero necesitamos encontrar formas de pagar por una población que envejece y un sistema de salud en expansión.
Personalmente, preferiría pagar impuestos cuando esté muerto y ya no los necesite, que pagar impuestos cuando esté vivo.